No sé hablar linkedinés
Parece que solo regreso a este espacio para quejarme de la red social de moda (?), pero es que me encuentro con cosas que llaman (para mal) mi atención.
¿Más excusas? No. Solo que, otra vez, encontré el tiempo para publicar otra entrega de este newsletter…
- “Ya ni qué decirte. Todas las veces es lo mismo”.
- Gracias por la comprensión.
Empecemos.
¿De todo se puede sacar un aprendizaje?
Más que un hecho, creo que es una acción que, a veces, nos sale natural sobre todo, cuando se quiere consolar a alguien que acaba de cometer una equivocación, o que está atravesando por un mal momento. Una muestra de empatía y hasta de solidaridad, creo yo.
Sin embargo, también se ha convertido en la nueva excusa para que cualquier usuario random de LinkedIn demuestre que es un experto en el tema que maneja. Porque de eso se trata LinkedIn ¿no? De que el resto sepa que eres el experto, el capo, el más-más, el ya-no-ya de tu rubro. De que sepan que tú la tienes recontra clara y que tu visión recontra analítica y estratégica te permiten sacar hasta de las experiencias más mundanas un aprendizaje que te permite ser mejor en tu trabajo.
O sea, no me mal interpretes (sí, tú que seguro también has hecho uno de esos posts y seguramente o me estás maldiciendo mientras lees esto o, simplemente, ya cerraste este mensaje). Entiendo cómo son las cosas en ese nuevo barrio llamado LinkedIn. Entiendo que, al ser una red social orientada hacia lo laboral, es lógico que mostremos lo que mejor sabemos hacer. Eso hay que aceptarlo porque es así. Pero, en lo personal, me parece una exageración.
Este meme viejísimo, hasta hace muy poquito, resumía un poco lo que encontrábamos en LinkedIn: un CV con un listado de actividades y funciones ligeramente retocado para que suene, en alguno de los casos, no solo más preciso con las labores que teníamos, sino que dichas funciones suenen hasta un poquito más importantes. Yo lo he hecho. Todos lo hemos hecho.
Pero cuando empecé a ver extensos posts en donde alguien de pronto sacaba aprendizajes -sobre todo relacionados con el emprendedurismo o con el márketing- sinceramente que me llamó la atención.
A ver. No me pareció mal cuando me encontré con un post de alguien que reflexionaba sobre esperar en la fila virtual para comprar entradas a un concierto. Proponía algo de ‘behavioral design’ para que el sistema te mantenga enganchado y con un “¡Ya casi, no te rindas!” cuando estás en el puesto 29.000 decidas no cerrar la página. Claro, de pasadita te avisaba que estaba capacitándose en esos temas. Ojito, head hunters.
Pero luego me encontré con una conocida foto-meme que no requiere mucha explicación: un chifa, un hotel de paso y una farmacia cada una a un paso de distancia. Múltiples interpretaciones, gran meme. Pero no. A alguien se le ocurrió analizarlo, hablando sobre sistemas que con partes que cumplen su función para el antes, durante y después. Lo primero que pensé fue “chiste explicado, chiste cagado”. Pero, claro, al final de ese análisis te anunciaban que, si querías analizar más estos fenómenos “que no te enseñan en una maestría pero que te explican mucho más”, te podías unir a un grupo. Ahí está: no hay puntada sin hilo.
Más adelante, me encontré con otro análisis de un experto en márketing digital que te dejaba las cinco lecciones de branding y uso de la IA que nos dejó la elección del papa León XIV. Ahí creo que se pasaron como tres paraderos.
El ejemplo más reciente fue de autoría de un conocido, pero lo que más me llamó la atención es que el análisis obviamente había sido coordinado (o encargado) por la empresa en la que trabaja, con lo que entendería que ellos consideran que ese tipo de posteos (malamente de moda) son lo que tienen que hacer para que sus empleados empiecen despuntar como generadores y compartidores de ese tipo de “conocimiento”.
Parece que ahora es necesario saber algo de linkedinés no solo para cobrar algo de notoriedad, sino para subirse a la tendencia… porque a alguien le parece que este tipo de contenidos en donde se analiza y se saca aprendizaje de todo es interesante. Pero, como dice el dicho: si todos son VIP, nadie es VIP.
Aquí me voy a robar algo que escribió hace algunas semanas Karina Canales sobre el positivismo tóxico: “No todo tiene que ser visto como una oportunidad. No se tiene que sacar lecciones de vida de cada situación. A veces, la realidad es simplemente mala y no hay ninguna lección al respecto”. Shit happens.
-“Seguramente, como no dominas ningún tema, solo te queda quejarte”
-En realidad, creo que no va por ahí…
-¿Envidia, dices?
-Tampoco. Me explico…
Es indudable que, en estos tiempos, estamos entregados a las redes sociales y cada una de ellas tienen sus particularidades, no solo para tenernos enganchados sino para hacernos creer que lo que vemos ahí es la única realidad que existe y, por lo tanto, la única manera de destacar y mostrar que eres mejor candidato que el resto es hacer un análisis de la estrategia comunicacional de Yoda y por qué hablar en desorden podría ayudarte a vender mejor.
O quizás solo estoy exagerando porque Me estoy volviendo viejo.
Se nota que los 'expertos' de LinkedIn aprobaron su curso de semántica 🤣