¿Se apaga?
Muchas cosas por hacer, poco tiempo disponible y un fueguito interno 🔥 al que se le está acabando el combustible.
Otra vez, distintas obligaciones asumidas con anticipación han conspirado en contra de estos envíos, pero la sincera obligación que tengo con ustedes -amables suscriptores de este newsletter- me lleva a sacar ganas de donde no hay, para cumplir (aunque con días de retraso para quienes están en Substack) con esta sana (?) costumbre semanal.
“Di la verdad. Otra vez estabas considerando tirar la toalla”
-No miento. Ese es un pensamiento que siempre está ahí, rondando en mi cabeza.
“Otra vez la falta de voluntad”
-Eso es algo que quiero corregir. Por eso estás leyendo esto.
“Bueh… Por lo menos, espero que valga la pena”
-Yo también.
Hay muchos temas que tengo en carpeta para compartir con ustedes. Por ejemplo, el caso del periodista de amplio recorrido -que en LinkedIn se vende como el más actualizado-, pero que se dedica a firmar notas copiadas y pegadas de notas de prensa; la cada vez más veloz desaparición de los mentores en las salas de redacción; de las dificultades (sobre todo técnicas) que estoy encontrando hoy para armar y relanzar mi podcast; entre otros.
Pero, como les comentaba, las circunstancias hacen que mi tiempo libre esté siendo muy limitado durante los últimos días. Esto, sumado al cansancio (automáticamente pensé que era porque Me estoy volviendo viejo… y es así) y a encargos que aparecen de improviso están haciendo que tenga que postergar todo el contenido que tenía planeado generar. Pero anoche, mientras regresaba del trabajo, me di cuenta de que no era solo eso. También era algo de lo que ya les había comentado hace algunas semanas atrás: el fueguito 🔥.
No confundir con el fueguito que los más chicos envían por mensaje directo en redes sociales como una forma de cortejo (ahí sí me siento sumamente viejo, porque no entiendo como enviar un fueguito 🔥 puede “leerse” así). Me refiero “eso” que uno lleva dentro y que te impulsa a hacer lo que quieres hacer. Y, sí, desde hace ya un tiempo siento que a ese fueguito se le está acabando el combustible, la gasolina, la nafta… ⛽
¿Me aburrí de lo que hago? Todo lo contrario. Hoy más que nunca, cuando (sobre todo) por una cuestión de edad puedo ser considerado prescindible, siento no solo que tengo que aprender un montón, sino que puedo hacer muchas cosas más. Y tengo ganas de hacer esas cosas. Pero esas ganas son aplacadas rápidamente por las obligaciones y las rutinas. Es como si un gran pie invisible 🦶🏻se posara sobre uno y empezara a presionar, a apretar, a dejar sin espacio para moverse mucho más.
¿Qué puedo hacer? Mi plan, ahorita, es tratar de aprender más. Y, sobre todo, ver lo que están haciendo los otros, ver quién está haciendo las cosas distintas y aprender qué funciona, pero sobre todo por qué. Claro, si se puede, ponerlo en práctica.
Yo sé que esto no suele funcionar, pero hago el intento: quisiera que me cuentes si has sentido que tu fueguito interno 🔥 se te apaga; que me cuentes si tienes planes o cosas que quieres hacer; y cómo haces para encontrar tiempo para desarrollar esos proyectos.
Eso. Y gracias por leer.





Y si tal cual, llegan momentos de aburrimiento, cansancio, fastidio, flojera... creo que tiene muchos nombres, pero siempre hay ese fuego disfrazado de responsabilidad, de positivismo, que hace que sigamos adelante.
Toca tomarse un tiempo, descansar para avanzar, siempre será bueno.
Que sigas teniendo las fuerzas y siga vivo el fuego.
Pues a mi también me pasa, debe ser algo común. Lo que creo que puede ayudar es reflexionar sobre la parte que sobre todo hace que estés motivado, y no soltarla, no dejar de pensar en ella; si sólo pensamos en lo que nos desmotiva, y nos enrocamos en ello, entonces estamos perduti....